En la Teoría de los radicales libres.
Denham Harman, 1956. Propone que el envejecimiento sería el resultado de una inadecuada protección contra el daño producido en los tejidos por los radicales libres. El oxígeno ambiental promueve el metabolismo celular, produciendo energía a través de la cadena respiratoria (enzimas mitocondriales). Como la utilización y manejo del O2 no es perfecta, se producen radicales libres, entre ellos el radical superóxido. Los radicales libres son moléculas inestables y altamente reactivas con uno o más electrones no apareados, que producen daño a su alrededor a través de reacciones oxidativas. Se cree que este tipo de daño podría causar alteraciones en los cromosomas y en ciertas macromoléculas como colágeno, elastina, mucopolisacáridos, lípidos, etc. La lipofucsina, llamada también "pigmento del envejecimiento", corresponde la acumulación de organelos subcelulares oxidados.
Para combatir los radicales libres que deterioran nuestras células, nada como las vitaminas y los pigmentos ricos en antioxidantes. Dos nutricionistas nos descubren los más eficaces.
Manzana:
Comer con piel. Debe estar bien lavada, porque es en su piel se concentran la mayoría de los polifenoles de esta fruta. Está recomendada en las dietas de prevención de riesgo cardiovascular y cáncer, y su ingesta ayuda a reducir el colesterol malo.
Peras:
Si quiere optimizar sus beneficios, cómalas con piel. La vitamina C y los flavonoides como la quercetina presentes en esta fruta tienen un extraordinario poder antioxidante. Además, la acción astringente y antiinflamatoria de sus taninos, cuidan la mucosa intestinal.
Kiwi:
Fruta rica en vitamina C . Gracias a su contenido en fibra y su alta concentración de vitamina C, está recomendado para personas poco amigas de consumir fruta, así como durante el crecimiento, el embarazo, la lactancia, en ancianos, fumadores, situaciones de estrés.
Cítricos:
Se caracterizan por ser muy ricos en vitaminas antioxidantes (C, provitamina A) y otra serie de sustancias con propiedades beneficiosas (flavonoides…). Su consumo diario puede prevenir algunos tipos de cáncer (boca, laringe y estómago) y ayudar a reducir el colesterol, gracias a sus flavones polimetoxilatados (presentes en la piel y en zumo).
Frambuesas:
Estas son ricas en fibra. Mejora el tránsito intestinal y favorece la eliminación del colesterol a través de las heces. Son recomiendas para evitar el estreñimiento y el cáncer de colon, así como para aquellas personas con hipercolesterolemia.