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Caminar es una de las actividades más beneficiosas que el adulto mayor pueda llevar a cabo. Además de ser una actividad excelente para el adulto mayor ya que es una gran manera para comenzar a entrar en el mundo de ejercicio, acostumbrando y adaptando al cuerpo a realizar altas cargas de intensidad física. Caminar es una actividad con un bajo impacto sobre el cuerpo, en el que es muy difícil obtener una lesión y en la que apenas se sufre.
Algunos de los muchos beneficios que puede tener esta actividad son los que se muestran a continuación:
Pérdida de peso. La actividad física es una parte importante de cualquier programa para bajar de peso o para mantener un peso ideal. Al momento de estar activo, el cuerpo utiliza más energía (o sea, calorías). Cuando el adulto mayor realiza ejercicio para quemar calorías, más de las que consume, entonces puede bajar de peso. Y esto se logra combinando el ejercicio con una dieta balanceada. Ya que al tener un peso adecuado podemos disminuir los factores de riesgo de padecer algún trastorno cardíaco, cáncer, diabetes y otros más.
Disminuye el colesterol malo (también llamado LDL o colesterol de baja densidad). La actividad física estimula el colesterol “bueno” (HDL) y disminuye el colesterol “malo” (LDL). Las LDL son lipoproteínas que transportan colesterol desde el hígado hacia otros tejidos. Cuando la concentración de colesterol LDL en la sangre es demasiado elevada, el exceso se va acumulando lentamente en las paredes de las arterias, estrechándolas y volviéndolas más rígidas. Con el tiempo esto hace que tengamos un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Por esta razón es importante realizar ejercicio, ya que el caminar ayuda a controlar el colesterol “malo”, reduciéndolo.
Regula la presión arterial. El caminar es el mejor método no farmacológico para controlar la presión arterial, ya que ayuda a disminuirla. Por lo tanto, realizar ejercicio físico es muy útil en el tratamiento y para la prevención de la hipertensión.