Tenemos claro que las alergias pueden afectarnos en cualquier momento de nuestras vidas, no importa si somos recién nacidos o si ya somos adultos mayores, y también sabemos que sus causas pueden estar explicadas por distintos factores.
Sin embargo, la aparición de alergias en la tercera edad es un motivo que requiere particular atención, tanto por los riesgos que pueden representar, como por el tratamiento que es posible seguir y la interacción que se pueda tener con otros medicamentos que la persona seguramente ya esté tomando.
¿Cómo afectan las alergias al adulto mayor? Todas las alergias pueden presentarse en el adulto mayor y afectarlo de distintas formas, así como lo hacen en personas de otras edades, pero igualmente a esa edad la piel y los ojos se muestran mucho más sensibles a este tipo de manifestación. En ese marco, podemos ver que las alergias estacionales, tales como la famosa rinitis, pueden afectar a la persona de la tercera edad más que a personas más jóvenes, y causarles desde estornudos hasta congestión y flujo acuoso nasal.
En lo que respecta a la conjuntivitis alérgica, podemos señalar que los síntomas oculares son los que más preocupación generan. El adulto mayor tiende a sufrir de sequedad ocular, y esta conjuntivitis genera picazón y lagrimeo, además de irritación del ojo.
En tanto, en la piel la reacción alérgica más común es la urticaria, que se caracteriza por poner rojas e hinchadas distintas zonas del cuerpo. Esas zonas generan un picazón muy fuerte a la persona, pero así de rápido como aparecen, también pueden desaparecer.
Sobre la urticaria, tenemos que tener presente que puede ser una manifestación solitaria de una alergia, o también puede estar acompañada de otros síntomas de mayor gravedad, tales como vómitos, diarrea, calambres estomacales, irritación e hinchazón de boca, garganta, ojos y orejas, entre otras partes del cuerpo susceptibles a este tipo de manifestaciones.
Fragilidad. Como las alergias tienen una fuerte incidencia sobre la piel, estas reacciones se vuelven un motivo de especial cuidado para el adulto mayor, porque la misma se torna muy frágil en la tercera edad y es riesgoso exponerla a pasar por ese tipo de impactos.
La piel del adulto mayor es más delgada, frágil y sensible. Ante el contacto, resiste menos que lo que lo hace a otras edades: así como cualquier raspón puede lastimar a un adulto mayor de una forma tal que no lo haría en una persona de otra edad, hay productos como perfumes o lociones que generan alergias en adultos mayores y no en otras personas.
Además, aunque la persona haya tenido un determinado historial de alergias a lo largo de su vida, en la tercera edad no se tiene que descartar la aparición de nuevos tipos de alergias. La no aparición en edades anteriores no implica que no se tenga posteriormente, sino que, por el contrario, la alergia puede recién aparecer –y con fuerza- cuando la persona ya es un adulto mayor.
Dicho esto, también debemos tener presentes que ante cualquiera de estas manifestaciones que se sospechen como alergias, no se debe dejar de consultar a un médico, dado que el profesional será quien pueda determinar el tratamiento adecuado para cada caso y también descartar otros factores o riesgos asociados.
Por ejemplo, hay enfermedades del hígado, algunos tumores, determinadas infecciones y algunos problemas en la sangre que pueden generar picazón en la piel, por lo cual se debe tener más que presente que la consulta médica siempre es necesaria.
¿Qué recomendaciones existen? -Podemos abrir las ventanas y ventilar a primera hora del día y por al menos unos cinco o 10 minutos. Tampoco se sugiere hacerlo por mucho más tiempo, debido al ingreso de polen o insectos que luego también puedan representar un riesgo o un elemento de afectación.
-Utilizar telas naturales, como lo son el lino o el algodón, las cuales permiten que la piel se oxigene y que respire de la forma adecuada. -Hidratar y lubricar bien la piel. El adulto mayor tiene la piel más seca y frágil y eso le puede generar picazón, por lo tanto la hidratación frecuente resulta fundamental. -Hay que cuidar el uso de jabones o lociones fuertes, que también pueden ser generadoras de alergias o picazón, también el uso de sustancias secantes y productos irritantes. -Evitar el uso de ropa o abrigos de lana, este material genera alergias en muchas personas. -Repasar en la consulta médica toda la medicación que se está tomando, de modo de poder evaluar que no sea esa también una fuente generadora de alergias. -Consultar al médico de cabecera ante cualquier síntoma o alergia que se presente. No debemos caer en la trampa de subestimar la importancia que tiene una alergia y los riesgos asociados que puede implicar. -Recordar que hay antialérgicos que están desaconsejados para los adultos mayores, dado que algunos son vasoconstrictores y pueden afectar el sistema cardiovascular.