¿Cuáles son las principales enfermedades osteo-articulares asociadas al envejecimiento?
La incidencia de las enfermedades en huesos y/o articulaciones en individuos mayores de 65 años es de más del 81%, aumentando este porcentaje a medida que la edad de la población envejece. En las mujeres este tipo de dolencias es más frecuente y grave debido a la menopausia y a la mayor esperanza de vida de estas.
Por un lado existe el problema de la pérdida progresiva de masa muscular, por otro del deterioro del cartílago de las articulaciones producto de la disminución del líquido intraarticular. La columna vertebral se ve afectada con el transcurso de los años por el progresivo curvamiento y compresión de esta, debido a la deshidratación de los discos intervertebrales.
De manera que las dolencias osteo-articulares más corrientes en ancianos son:
La artritis: Se trata de la inflamación o desgaste de la articulación, generalmente debido a lesiones o infecciones mal curadas, sobrecarga de trabajo continuada sobre la articulación u otros. Existe una variante especialmente grave que es la artritis reumatoide, considerada una enfermedad auto-inmune (el organismo se ataca a sí mismo) que ocasiona la pérdida del líquido sinovial y la inmovilización completa de las articulaciones.
La artrosis: Es una enfermedad ocasionada por el desgaste del cartílago producto, entre otras causas, de una deficiente cantidad de líquido intraarticular. Es la enfermedad reumática más habitual en las personas mayores teniendo mayor incidencia en mujeres. A diferencia de la artritis en la artrosis no existe inflamación de la articulación.
La osteoporosis: Consisten en una dolencia en la que el tejido óseo disminuye, tanto en las proteínas que lo componen, como en las sales minerales que contiene. Como consecuencia el hueso se hace más frágil y quebradizo, ofreciendo menor resistencia ante fracturas.
La osteomielitis: Se trata de una infección del hueso o la médula ósea que desencadena una hinchazón o inflamación del tejido óseo. Generalmente esta infección sobreviene como consecuencia de fracturas y traumatismos, bastante frecuentes en personas de edad avanzada. También puede estar producida por otras causas como diabetes o hemodiálisis e infección de la sangre por otras causas.