Los factores más probables de la longevidad
Los estudios realizados en las comunidades más longevas del mundo y algunos de ellos corroborados por estudios longitudinales de laboratorio en animales de experimentación, permiten de forma general proponer 7 factores que influyen decisivamente, a la luz de los conocimientos actuales, en el por ciento de la longevidad máxima que el individuo alcanzará. Estos son:
Alimentación
Los datos experimentales coinciden en que la reducción de calorías en la dieta entre un 30-40 % de las requeridas por el individuo, son un factor que influye decisivamente en el tiempo de vida máximo que alcanza. Probablemente este sea el asunto más estudiado y donde las observaciones realizadas en las comunidades longevas, coinciden mucho más con los resultados de la experiencia animal. No quiere decir esto que sea el factor más importante ni el único, indica que es el mejor conocido por todos, no sólo dentro de la alimentación sino también en los restantes. Por esta razón abundan en el mundo contemporáneo las dietas de restricción calórica e incluso el día de ayuno y a veces dos, que vienen realizando algunos sujetos en la actualidad.
La alimentación por otro lado debe contener los nutrientes necesarios: carbohidratos, grasas, proteínas, vitaminas, minerales y oligoelementos. Las proporciones que se requieren deben ser balanceadas y existen tablas de nutrientes esenciales en la dieta y del contenido de nutrientes que poseen los alimentos que ingerimos. El conocimiento de este aspecto no es tan profundo como el anterior; pero en lo que existe más coincidencia es en reconocer que la forma más natural de ingestión de los alimentos está correlacionada con la salud del individuo y con la longevidad máxima que se alcance. En nuestra especie independientemente de las individualidades (aunque existe una gran controversia en torno a ello) las condiciones de nuestro aparato digestivo recuerdan más al de los herbívoros que al de los carnívoros. Por lo tanto podemos considerarnos que somos aproximadamente el 80 % vegetarianos con un 20 % de no vegetarianos.
Una cuestión importante en este aspecto de la alimentación está relacionada con la no ingestión excesiva de algunos alimentos y la no adquisición en lo absoluto de algunos utilizados en la preservación de alimentos enlatados y otros que se ingieren en forma natural o elaborada por desconocimiento del daño colectivo o individual que pudieran realizar.
Aunque queda mucho por precisar en este asunto se puede concluir que una alimentación que promueve longevidad deberá tener las siguientes características:
- Reducción en calorías.
- Poseer todos los nutrientes esenciales.
- Estar exenta de tóxicos naturales o artificiales.
La actividad física
La actividad física desarrollada por los músculos esqueléticos produce efectos en todo el organismo y en los órganos, como por ejemplo en el aparato respiratorio, cardiovascular, así como en los sistemas de control (sistema nervioso, endocrino e inmunológico). Además se produce un conjunto de cambios en el metabolismo siempre que esta actividad sea mantenida a lo largo del tiempo.
Todos estos cambios que se van produciendo hacen al organismo más resistente, haciendo menos frecuente la enfermedad y por consiguiente con toda la probabilidad se produce una prolongación de la vida, aunque este último aspecto no está tan precisado como en la alimentación. Probablemente la cuestión estriba en que no hay dato experimental concluyente en cuanto a la actividad física requerida para provocar los ajustes metabólicos que promuevan una vida larga y saludable. Los resultados son contradictorios en este sentido.
La sobre actividad física o sobre-entrenamiento provocan por otro lado desgaste del organismo, este se debilita y resulta más proclive a padecer enfermedades. Se disminuye por tanto así la probabilidad de que alcance la longitud máxima de la vida.
Se concluye por tanto que aunque falta mucho por precisar por las investigaciones, los estudios y las observaciones realizadas en las comunidades longevas sugieren la necesidad de una actividad física mantenida diaria, que no exceda las posibilidades del individuo ya que entonces provocaría un sobre-entrenamiento que sería dañino.
Tomemos en cuenta que hemos hablado de actividad física en forma general, incluyendo en esta el deporte, el trabajo, o simplemente la marcha que realizamos cotidianamente.
Los tóxicos individuales
En primera instancia resulta útil aclarar que muchas sustancias pueden ser tóxicas para algunos individuos y que pocas sustancias resultan tóxicas para todos. Esto pone de relevancia la individualidad bioquímica que poseemos, que como ha sido señalado con anterioridad, es similar a las huellas digitales.
Entre los candidatos a tóxicos se encuentran por ejemplo, el café, el alcohol y el tabaco. Estos constituyen tóxicos a distintos niveles y a distintas dosis en individuos específicos.
Existen por otro lado las otras sustancias que son elementos tóxicos en número reducido de individuos o en determinadas situaciones en un mismo individuo.
Se cumple entonces el axioma de que "Nada es completamente bueno ni existe algo completamente malo". Corresponde por tanto a cada persona investigar si aquellos candidatos a tóxicos lo son en una dosis determinada para ellos o si algunos elementos que son utilizados comúnmente (alimentación ingestión) considerados como inocuos resultan tóxicos en su caso individual.
Herencia
Las características individuales presentan una base hereditaria en la estructura y funcionalidad de los órganos y sistemas, así como de los procesos metabólicos a nivel celular, los cuales están expuestos a los efectos negativos del estrés.
Existen por otro lado algunas enfermedades hereditarias que aceleran el proceso de envejecimiento, entre las más comunes la diabetes y entre las más raras la terrible Progerie en la que los individuos envejecen más rápidamente y a los 10 o 20 años son completamente ancianos.
Otras predisposiciones a enfermedades como el cáncer o las afecciones cardiovasculares producen un efecto similar y pueden acelerarse por el estrés crónico y mantenido.
En las comunidades longevas aunque no se puede hablar con exactitud de la relación de la herencia con los centenarios, es frecuente encontrar longevos que provienen de familiares que también lo han sido.
La labor que debe realizar el individuo y su médico de la familia es investigar las cuestiones antes señaladas en el ámbito familiar y de acuerdo con esto adoptar cualquier tipo de medida para prevenir la enfermedad y aumentar así la probabilidad de una larga vida.
FUENTE: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-03192008000100005