Ha medida que nos acercamos a la tercera edad, la necesidad de consumir alimentos va disminuyendo, principalmente, porque el consumo de energía es menor que una persona más joven. Esto trae como consecuencia la disminución de la ingesta de alimentos y, por lo tanto, la disminución del consumo de proteínas, vitaminas y minerales , los cuales son de vital importancia e indispensables para el funcionamiento del organismo. Uno de los principales minerales que disminuye su consumo es el calcio, mineral que se encuentra presente principalmente en la leche y productos lácteos.
El calcio ocupa un rol fundamental en el organismo, después del agua, las proteínas y las grasas, y se encuentra repartido entre los huesos, donde existe en mayor concentración, los dientes y en menor proporción la sangre, los tejidos corporales y las células musculares.
Desde los primeros días de vida y hasta la vejez, el calcio cumple importantes funciones fisiológicas en el organismo, por ello en ningún momento de la vida puede abandonarse su consumo diario.
A partir de los 50 años de edad , cuando empieza el período de mayor pérdida de calcio, debemos hacer un esfuerzo mayor en ingerir alimentos ricos en calcio, especialmente, si se es consciente de que existe déficit de este mineral y considerando que a esta edad la absorción del calcio disminuye aproximadamente en un 20% .
La cantidad de calcio recomendada para una persona mayor de 50 años varía entre 1000 y 1200 mg diarios. Si el organismo no recibe la cantidad suficiente a través de la dieta, el cuerpo lo extrae de los huesos para realizar las demás funciones correctamente, de ahí la importancia de restituirlo, ya que en caso contrario, los huesos comienzan a debilitarse derivando en trastornos que pueden reducir la movilidad y autonomía física de las personas, tales como osteoporosis, llegando incluso a la invalidez.
Dentro de las funciones donde participa el calcio son:
Coagulación de la sangre
Transmisión neuromuscular
Funcionamiento del corazón
Contracción muscular
Secreción de hormonas
Activación de algunas funciones celulares de las enzimas
Adecuada tensión arterial
Considerando el aporte nutricional de los productos lácteos, con respecto al aporte de calcio y otros nutrientes, éstos se convierten opción de consumo para los adultos mayores. La cantidad de proteínas, calcio, riboflavina, vitamina A, vitamina D y otros nutrientes por porción es elevada. Hay estudios que demuestran que el calcio proveniente de los productos lácteos presenta una mayor biodisponibilidad al estar asociado una proteína y, además, constituye una fuente de vitamina D, que también es fundamental para la prevención de la osteoporosis.
Considerando la versatilidad de formatos, texturas y sabores, los productos lácteos tienen una alta aceptabilidad por parte de los adultos mayores, con una amplia variedad de opciones que brindan variedad a la dieta, desde la leche líquida hasta productos con texturas blandas como algunos tipos de quesos con bajo contenido graso, donde pequeñas cantidades, tales como 1 vaso de leche, 1 rebanada de 30 gramos de queso o 1 yogurt, pueden cubrir el 20% de la dosis diaria recomendada para el calcio.