La función del colesterol ha sido subestimada desde que lo médicos determinaron un margen de exceso como nocivo para la salud. Desde allí, este lípido ha sido catalogado como “peligroso”; sin embargo, su presencia es necesaria para el fucionamiento integral del cuerpo.
Este es un componente estructural de las células que funciona como una barra protectora celular para la intervención directa en procesos como la digestión y producción hormonal. Las variaciones pueden incidir en la capacidad de metabolizar y producir energía.
En el proceso de envejecimiento se disminuye progresivamente los valores de colesterol total a un ritmo de 1,6–1,8 miligramos por año. Esta reducción puede ser la consecuencia de una enfermedad no diagnosticada, pero el valor que más se debe cuidar es de la lipoproteína de baja densidad (colesterol LDL); con frecuencia llamado colesterol “malo”.
La evaluación de perfil de riesgo es necesaria para identificar la alteración de los resultados de una persona, o si se encuentra acorde a su condición. En el caso de personas que sufren diabetes, enfermedad renal, síndrome ovárico poliquístico, embarazo y afecciones que incrementen los niveles de hormonas femeninas y glándula tiroides hipoactiva, son más propensos a mostrar cifras superiores al estándar general.
Una dieta balanceada es la clave para evitar el alza descontrolada del colesterol. Los principales portadores de este tipo de grasa son productos alimenticios de origen animal como la carne, la leche y los huevos, por ejemplo. El higado humano produce su propia cantidad de este lípido para suplir las carencias.
Los valores bajos del colesterol bueno, pronostican un riesgo coronario en la mayoría de las ocasiones, pero después de los 70 años de edad los riesgos disminuyen considerablemente, según un estudio de la Universidad de Yale (Estados Unidos) realizado en 1994.
La publicación reseña que no se pudo establecer nexos entre las dolencias en el sistema cardíaco y el índice de colesterol por parte de los encuestados. Los médicos concluyeron que el colesterol no representa un factor de riesgo en la población de edad avanzada, ya que por edad y sexo, el colesterol inicia su escalada a partir de los 20 años y sube hasta los 60 o 65 años.
Otra investigación del Hospital Beilinson reveló que aquellos adultos mayores con los niveles más altos de colesterol, incluyendo un elevado margen de LDL, vivieron más que las personas con niveles más bajos.
El sobrepeso es otra de las causas determinantes que tiende a aumentar el colesterol LDL. En el caso de tener colesterol alto, kilos de más y edad avanzada, es necesario planificar una dieta con hidratos complejos, como los cereales y harinas integrales.
También se deben disminuir los carbohidratos simples como el azúcar, dulces, pasteles y cremas.
Para luchar contra la hipercolesterolemia, o el alza del colesterol, se debe consumir proteínas, preferentemente carne de pescado de mar o mariscos, tres veces en la semana.