Con la edad, la pérdida progresiva de la capacidad auditiva puede tener importantes efectos en las personas. Después de la sexta década de vida, muchas personas comienzan a notar que han perdido parte de su capacidad auditiva. Y asumirlo no siempre es tarea fácil.
Como comenta el Dr. Gerardo Fasce, especialista de la sociedad de Geriatría y Gerontología de Chile:”a partir de los 60 años se estima que un 30% de los adultos mayores presentan trastornos auditivos y esto puede llegar al 50% a los 80 años. Se convierte entonces en un importante factor que favorece los trastornos de la marcha y aumenta el riesgo de caídas. Esto hace que sea un aspecto muy importante en la valoración del adulto mayor, porque puede llegar a afectar la funcionalidad del individuo, es decir su capacidad de realizar actividades en el día a día y de desenvolverse en el medio. Se debe considerar que no todas las alteraciones de la audición requerirán del uso de audífonos, existen además condiciones benignas como los tapones de cerumen que, como consecuencia de una disminución de la actividad de los cilios que favorecen el alcaramiento de la cera o cerumen, hacen que ésta se acumule y puede llegar ocluir el conducto auditivo”, afirma.
El problema de comenzar a perder el sentido de la audición en la tercera edad, genera un progresivo aislamiento de los pacientes y finalmente un deterioro importante de su estado de ánimo y de la calidad de vida en general. La pérdida auditiva que se genera con el paso de los años es variable de persona a persona y depende de múltiples factores: la exposición reiterada a ruido, infecciones en el oído recurrentes, mala alimentación, diabetes, son algunos de los factores que pueden adelantar una pérdida auditiva. Existen además, patrones genéticos que pueden predisponer a que una persona tenga una sordera de la edad más severa o más rápidamente progresiva.
Cuando un adulto mayor comienza a tener problemas de audición, es importante determinar si efectivamente se debe a la edad o a otros factores que puedan estar influyendo, como colesterol alto o hipertensión arterial. Por ello, a partir de los 65 años, siempre es aconsejable acudir a un control preventivo con un otorrino, para realizar una audiometría que permita medir desde pérdidas leves a otras más severas.
Dentro de las principales causas de sordera en el adulto mayor son los tapones de cerumen, la presbiacusia (una sordera progresiva en relación con el envejecimiento), el trauma acústico, y las infecciones (otitis) mal tratadas.
Para protegerse de la sordera por trauma acústico es necesario evitar los excesos de ruido o usar protección; las otitis pueden prevenirse con aseo, cuidándose de los cambios de temperatura y evitando hurgarse los oídos con objetos punzantes.
Cuando se ha perdido la audición, un médico otorrinolaringólogo puede, a veces, mejorarla haciendo un lavado de oídos para sacar los tapones de cerumen o, en su defecto, indicar audífonos. Si la sordera persiste, es necesario que los familiares le conversen de frente, fuerte y modulando bien.
Consejos para mantener una audición “saludable”
Evitar exposición a ruidos de alta intensidad o muy prologados en el tiempo (el daño por ruido es acumulativo).
Consultar precozmente en caso de dificultad auditiva o dolor de oídos.
Evitar hurgarse o limpiarse los oídos con elementos externos.
Controlar adecuadamente enfermedades que pueden relacionarse con la pérdida auditiva.
Llevar una alimentación sana y balanceada.
Preguntarle a la persona como se puede comunicar con ella de mejor forma.
Colocarse a una distancia menor a 1 metro.
Obtener la atención de la persona.
Colocar a la persona frente a un muro el cual ayuda a reflejar el sonido.
Dirigirse al oído con que escuche mejor.
Hablar en una voz con tono bajo.
Hablar lento y bien modulado, sin gritar.
Es mejor reorganizar las frases para reforzar conceptos que repetir lo mismo.
Hacer una pausa al final de cada frase o idea.
Pedirle a la persona que repita lo que escucho.
Para tener en cuenta:
¿Es la pérdida de audición en los adultos uno de los problemas más comunes en Chile.
Lo es, en Chile las alteraciones de la audición en mayores de 65 años llegan a un 76%, y en mayores de 80 años llegan a un 90%.
¿Cuáles son los factores que producen pérdida auditiva en adultos mayores?
Tiene un importante componente genético, no todos pierden la audición en la misma intensidad y del mismo modo. La perdida auditiva tiene también un componente ambiental que esta dado porque nuestra sociedad cada vez se expone a más ruidos en edades precoces, existen una gran cantidad de ocupaciones donde se está expuesto a ruido. El daño por la edad se puede ubicar en la coclea donde están los receptores auditivos, en el nervio auditivo donde se pueden perder neuronas con los años, o en la irrigación de la coclea (caracol).
¿Cuáles son los tratamientos?
Si la pérdida es importante se puede utilizar un audífono, existen distintos modelos para distintos grados de pérdida auditiva. Si la pérdida es profunda, hoy en día existe la posibilidad de realizar un implante coclear.
¿Qué soluciones auditivas existen en el mercado nacional. Son variadas y accesibles?
La hipoacusia bilateral en mayores de 65 años que requiera el uso de audífonos es parte de las Garantías Explicitas en Salud (GES), eso quiere decir que la entrega del audífono está garantizada por ley. Además, existe una importante gama de modelos de audífonos a la venta en el mercado nacional.
SOCIEDAD GERIATRÍA Y GERONTOLOGÍA DE CHILE