La depresión altera la vida cotidiana y puede causar enormes sufrimientos. Es una enfermedad que se caracteriza por una tristeza persistente y por la pérdida de interés en las actividades con las que habitualmente se disfrutaba.
Además, las personas con depresión suelen presentar varios de los siguientes síntomas: pérdida de peso o aumento de peso significativos; fatiga o pérdida de energía; alteraciones del sueño como insomnio o necesidad de dormir más; sentimientos de inutilidad o de culpa excesivos o inapropiados; disminución de la capacidad para pensar o concentrarse; pensamientos de muerte o suicidio. Los cambios vitales que implica el envejecimiento pueden provocar depresión. Por este motivo, es importante reconocer los síntomas de este trastorno para no confundirlos con otras situaciones que suelen experimentar los adultos mayores.