Como la incontinencia es muy frecuente entre los adultos mayores, es trascendental que sepan que no son los únicos que la sufren
Como la incontinencia es muy frecuente entre los adultos mayores, es trascendental que sepan que no son los únicos que la sufren, que no es una consecuencia normal del envejecimiento y, lo más importante, que tiene muchas soluciones. El escape de poca o mucha orina involuntariamente, ir al baño muy seguido, levantarse varias veces en la noche a orinar, tener dificultad para aguantarse o la presencia de dolores, molestias o dificultades al orinar, son signos claros –a cualquier edad- de que existe una alteración en el funcionamiento de la vejiga o el esfínter urinario. En cuanto a los adultos mayores, entre 30 y 40% de los que tienen entre 60 y 70 años la cifra aumenta a 60%. Ellos suelen pensar que la incontinencia sólo se soluciona mediante una operación quirúrgica, cosa que dista mucho de la realidad: se ha visto que quienes deben someterse en esta etapa de la vida a un tratamiento quirúrgico es sólo una pequeña minoría. “Por otra parte, es necesario mencionar que en los adultos mayores esta alteración tiene un impacto superior que en el resto de la población. Esto no es un tema menor, ya que la incontinencia tiene una fuerte incidencia en la calidad de vida de los pacientes mayores”, explica el urólogo de CLC, doctor Humberto Chiang. Cuando se enfrentan a incontinencia urinaria tienden a vivir la situación en soledad y no le cuentan a nadie su problema. Además, se aíslan. “Dejan de hacer vida social y de visitar a su familia y amigos. Además, dado que es probable que se levanten varias veces en la noche a orinar, hay un gran riesgo de que se caigan y sufran facturas”, agrega el especialista.
Diagnóstico y tratamiento
Es importante destacar que la incontinencia urinaria no es una patología sino un síntoma de alguna de varias enfermedades que la pueden estar originando. “Como es consecuencia de algo, es fundamental tener un diagnóstico preciso para saber qué es realmente lo que hay tras ese síntoma. Las causas pueden ir desde insuficiencias cardíacas, diabetes y problemas neurológicos –como Parkinson o accidentes vasculares- hasta alteraciones propias del tracto urinario inferior, como crecimiento de la próstata o incontinencia de esfuerzo”, señala el urólogo. Entonces, es esencial, tener claro que ya que las condiciones son muchas, también lo son los tratamientos… y es ahí donde radica el valor de un diagnóstico certero.
Cuándo consultar
Ante cualquiera de los síntomas mencionados, siempre se debe consultar con un urólogo. Lo primero que hará el especialista será descartar la existencia de alguna patología peligrosa o de alto riesgo y, luego, evaluará el funcionamiento de la vejiga. Este estudio puede requerir de un examen de orina, de un examen de sangre, de una ecografía, de un estudio urodinámico, entre otros. “CLC es uno de los centros con mayor experiencia en Chile y en Latinoamérica en estudio urodinámicos. Este es un examen que permite reproducir la función de la vejiga; algo esencial para un tratamiento racional y preciso de la incontinencia urinaria”. Con un buen diagnóstico, los tratamientos para este problema pueden ir desde la mejoría de enfermedades generales como la diabetes o los problemas coronarios. Por otra parte, cambios conductuales, como los horarios para ir al baño o el regular la ingesta de líquido, pueden ser de gran ayuda. La incontinencia urinaria también se puede tratar con ejercicios apoyados por un kinesiólogo, con medicamentos, con procedimiento mínimamente invasivos como la inyección de Bótox y, por último, con cirugía. “Este último método es necesario, por ejemplo, frente a la incontinencia urinaria de esfuerzo moderada a severa o a la hiperplasia prostática obstructiva que no responde a medicamentos”. En toco caso, lo más habitual es que la incontinencia urinaria del adulto mayor esté relacionada a vejiga hiperactiva, caso en la cual los medicamentos y las medidas generales son tremendamente eficaces.