¿Te suena algo así como un padre o una madre, un marido o una esposa, que poco a poco va perdiendo facultades, hasta llegar a convertirse en una persona que requiere cuidados durante las 24 horas del día?
Definición
El síndrome del cuidador es un proceso producido por el estrés crónico y continuado, que supone enfrentarse todos los días a la misma rutina de cuidar a una persona con un cuadro de severa dependencia.
Esta rutina y esa monotonía, que generalmente te ocupa todo tu tiempo, acaba por agotar tus reservas físicas y mentales, y aparece un cuadro de agotamiento (valga la redundancia).
Convendría que leyeses el artículo Entender el Síndrome del cuidador, donde se recoge de forma resumida, todo lo que supone enfrentarse a la tarea de cuidar a un familiar con un alto grado de dependencia.
Causas
A estas alturas supongo que sabes que el envejecimiento poblacional, es un hecho totalmente admitido en las sociedades occidentales.
Antes, hace algo más de un siglo, llegar a la tercera edad era un logro y también tenía un significado: tu fin estaba cercano.
A día de hoy, no sólo se llega a la tercera edad (más de 65 años) fácilmente, sino que además existe una cuarta edad.
Esa cuarta edad (su significado es diferente de la anterior) incluye personas con 80 o más años, con una salud un tanto frágil, que pueden necesitar ayuda para ciertas tareas.
Llegado al punto en el que un familiar (alguien no preparado para ello), debe comenzar a prestar esa ayuda que la persona anciana requiere, es cuando pueden empezar los problemas.
Este síndrome puede ocurrir también cuando el familiar debe hacerse cargo del cuidado de un ser querido, no necesariamente anciano, pero sí con un alto grado de dependencia.
El conflicto que se crea entre tratar de satisfacer las necesidades del paciente, junto con las necesidades familiares o personales del cuidador, suele ser el detonante de este trastorno.
Cada vez tienes que pasar más horas cuidando de ese familiar anciano, y tienes menos tiempo para tu propia familia y para ti mismo.
Incluso, puede que el cuidador deba renunciar a su trabajo o estudios ante la imposibilidad de compaginarlo todo.
Otra idea clave, es que cuando el cuidador debe hacerse cargo de un familiar con una dependencia física, pero cuya mente está bien, el riesgo de sufrir este cuadro, disminuye notablemente.
Por el contrario, hay estudios que demuestran que aquellos cuidadores que atienden a personas con demencia (enfermedad de Alzheimer para entendernos) u otro problema psiquiátrico, tienen más riesgo de desarrollar este síndrome.
A quién afecta
El perfil del cuidador tipo suele encajar en alguno de los siguientes apartados, aunque el más común es el primero:
Mujer de entre 50 y 60 años, madre de familia y ama de casa, que dedica muchas horas al día al cuidado del anciano con dependencia.
A veces es el cónyuge sano, de entre 70 y 80 años, con una salud frágil y escasa capacidad para adaptarse a los cambios que el avance de la enfermedad le irá requiriendo.
En otros casos, hijos o hijas de la persona afectada, deben compatibilizar su trabajo con los cuidados.
Este síndrome, afortunadamente, no afecta a todos los cuidadores por igual.
Como se ve en la imagen siguiente:La sobrecarga del cuidador depende de varios factores.
Uno de esos factores, tiene que ver con el propio cuidador, y es que no todas las personas responden igual ante un mismo problema, algo evidente.
En este sentido, aquellas personas que se ven convertidas en inesperadas cuidadoras, si se caracterizan por su capacidad para superar con éxito situaciones difíciles (técnicamente esta capacidad se llama resiliencia), tienen menos riesgo de padecer el síndrome en cuestión.
Aún así, recientes estudios indican que aproximadamente la mitad de los cuidadores familiares, acaban por desarrollar este problema.
En este sentido, conviene que recuerdes que la demencia no sólo afecta a quién la padece, sino que también el entorno familiar más cercano, puede verse afectado, de uno u otro modo.
Síntomas
De entrada, en la medida en que se conoce mejor una demencia, es más fácil entender el comportamiento del enfermo y tratar de anticiparse a las situaciones, pero aún así, el cuidado de estos enfermos no es fácil.
Como te imaginas, el cuidador ha de enfrentarse a:
Alteraciones cognitivas (todas las que tienen que ver con la memoria y otras funciones superiores del ser humano) que hacen que el enfermo, se perciba como “alguien cada vez más lejano”.
Alteraciones de conducta del paciente que generan comportamientos impensables cuando ese anciano se encontraba bien.
Progresivo deterioro mental, pero también físico, lo que afecta a su grado de autonomía.
Por último, está toda la problemática legal, económica, familiar que queda fuera del control de la persona afectada por la demencia.
El cuadro que te acabo de describir, obliga al cuidador a estar tomando decisiones de forma continuada, y no precisamente sobre temas poco importantes.
Todo esto hace que el familiar encargado del cuidado del enfermo, experimente un cambio, el cual podría decirse que tiene una parte negativa y una parte positiva.
Otro aspecto fundamental tiene que ver con la salud del cuidador: si tú como cuidador no te encuentras bien, esto va a repercutir en la calidad del cuidadoque tú ofreces (simple y crudo, a la vez).
Es un hecho, que a medida que la demencia progresa, el cuidador ve cada vez más reducida su vida social, pues los requerimientos del enfermo son mayores.
No hace falta ser especialista en los cuidados del anciano, para entender que la situación anterior implica aislamiento y soledad en el cuidador.
Aunque cada persona es diferente, y ya cada familia ni te cuento, en general el cuidado de una persona dependiente es un acto de amor.
A pesar de ello, cuando esa persona cuidadora debe encargarse del enfermo en solitario, sin ayuda familiar, ni de organismos públicos, es bastante común que la situación le sobrepase.
Esto va a generar:
Cansancio continuado.
El ya citado aislamiento.
Cambios que afectan al humor y favorecen la irritabilidad.
Problemas laborales.
Dificultad para concentrarse.
Mayor consumo de tranquilizantes o sustancias que generan adicción.
Llegados a este punto, si el cuidador no es consciente de que está al límite de sus fuerzas, la debacle es inminente.
En definitiva, el resultado es cuidador enfermo y anciano con problemas de Alzheimer a la residencia.
En el siguiente vídeo, se analizan las características que podrían poner al afectado en situación de sobre-aviso, para no llegar a desarrollar un síndrome del cuidador.
Prevención
Con anterioridad te he comentado la importancia que tiene el bienestar del propio cuidador.
Un cuidador saturado, no va a ofrecer cuidados de calidad a ese ser querido.
Por lo tanto, el cuidador principal, lo primero que ha de hacer es cuidar de sí mismo.
Para ello, es básico reconocer las principales dificultades que surgen cuando se atiende a un enfermo afectado por el Alzheimer, y evidentemente, saber cómo superar dichas situaciones.
En el artículo Las 5 Grandes Dificultades en el Cuidado familiar y cómo superarlas, se aborda este tema con bastante detalle.
A estas alturas, es probable que te preguntes, bueno, ¿y qué puede hacer el cuidador para prevenir el denominado síndrome del cuidador?