Descripción general
Un accidente cerebrovascular ocurre cuando se interrumpe o se reduce el suministro de sangre que va a una parte del cerebro, lo que impide que el tejido cerebral reciba oxígeno y nutrientes. En cuestión de minutos, las neuronas cerebrales empiezan a morir.
Un accidente cerebrovascular es una urgencia médica. Es fundamental un tratamiento inmediato. La acción temprana puede reducir al mínimo el daño cerebral y la posibilidad de complicaciones.
La buena noticia es que los accidentes cerebrovasculares pueden tratarse y prevenirse, y que, hoy en día, muere una cantidad considerablemente inferior de estadounidenses a causa de ellos en comparación con el pasado.
Síntomas
Observa estos signos y síntomas si crees que tú u otra persona pueden estar padeciendo un accidente cerebrovascular. Presta atención al momento en que comienzan los signos y síntomas. La duración de estos puede afectar tus opciones de tratamiento:
Problemas para hablar y comprender. Puedes tener confusión. Puedes arrastrar las palabras o tener dificultad para comprender el habla.
Parálisis o entumecimiento de la cara, los brazos o las piernas. Puedes padecer entumecimiento repentino, debilidad o parálisis en el rostro, los brazos o las piernas. Por lo general, esto ocurre en un solo lado del cuerpo. Trata de levantar los brazos por encima de la cabeza al mismo tiempo. Si un brazo empieza a caer, es posible que estés padeciendo un accidente cerebrovascular. Además, un lado de la boca puede caerse cuando tratas de sonreír.
Dificultades para ver con uno o ambos ojos. Es posible que de repente tengas la visión borrosa o ennegrecida en uno o en ambos ojos, o que veas doble.
Dolor de cabeza. Un dolor de cabeza intenso y repentino, que puede estar acompañado de vómitos, mareos o estado alterado de conciencia, puede indicar que estás padeciendo un accidente cerebrovascular.
Problemas para caminar. Puedes tropezar o tener mareos repentinos, pérdida del equilibrio o pérdida de coordinación.
Cuándo consultar al médico
Busca atención médica inmediata si observas algún signo o síntoma de accidente cerebrovascular, incluso si parecen fluctuar o desaparecer. Piensa «RÁPIDO» y haz lo siguiente:
Cara. Pide a la persona que sonría. ¿Un lado de la cara se cae?
Brazos. Pide a la persona que levante ambos brazos. ¿Uno de los brazos se baja? O bien, ¿no puedes levantar uno de los brazos?
Habla. Pide a la persona que repita una frase simple. ¿Arrastra las palabras o habla de manera extraña?
Tiempo. Si observas cualquiera de estos signos, llama al 911 de inmediato.
Llama al 911 o al número local de emergencias de inmediato. No esperes a ver si los síntomas desaparecen. Cada minuto cuenta. Cuanto más tiempo se demore en tratar el accidente cerebrovascular, mayores serán las posibilidades de daño cerebral y discapacidad.
Si sospechas que la persona con la que te encuentras está padeciendo un accidente cerebrovascular, vigílala cuidadosamente mientras esperas la atención de emergencia.
Causas
Un accidente cerebrovascular puede provocarse por una arteria bloqueada (accidente cerebrovascular isquémico) o por la pérdida de sangre o la rotura de un vaso sanguíneo (accidente cerebrovascular hemorrágico). Algunas personas pueden padecer solo una interrupción temporal del flujo sanguíneo al cerebro (accidente isquémico transitorio) que no provoca daño permanente.
Accidente cerebrovascular isquémico
Casi el 80 por ciento de los accidentes cerebrovasculares son isquémicos. Los accidentes cerebrovasculares isquémicos ocurren cuando se produce un estrechamiento o una obstrucción de las arterias que se dirigen al cerebro, lo cual causa una reducción grave del flujo sanguíneo (isquemia). Algunos de los accidentes cerebrovasculares más frecuentes son:
Accidente cerebrovascular trombótico. Se produce cuando se forma un coágulo sanguíneo (trombo) en una de las arterias que suministra sangre al cerebro. Un coágulo sanguíneo puede formarse por depósitos grasos (placa) que se acumulan en las arterias y causan una reducción del flujo sanguíneo (aterosclerosis) u otras afecciones de las arterias.
Accidente cerebrovascular embólico. Se produce cuando un coágulo sanguíneo u otras partículas se forman lejos del cerebro, con frecuencia en el corazón, y se trasladan a través del torrente sanguíneo para alojarse en arterias del cerebro más estrechas. Este tipo de coágulo sanguíneo se denomina «émbolo».
Accidente cerebrovascular hemorrágico
El accidente cerebrovascular hemorrágico ocurre cuando se produce una pérdida de sangre o una rotura en un vaso sanguíneo en el cerebro. Las hemorragias cerebrales pueden producirse por muchas afecciones que repercuten en los vasos sanguíneos. Algunas de estas pueden ser:
Presión arterial alta (hipertensión) no controlada
Sobretratamiento con anticoagulantes
Partes débiles en las paredes de los vasos sanguíneos (aneurismas)
Una causa menos frecuente de hemorragia es la rotura de una maraña anormal de vasos sanguíneos con paredes débiles (malformación arteriovenosa). Los tipos de accidente cerebrovascular hemorrágico son los siguientes:
Hemorragia intracerebral. Durante una hemorragia intracerebral, se rompe un vaso sanguíneo del cerebro y se derrama sangre en el tejido cerebral que lo rodea, lo cual daña las neuronas cerebrales. Las neuronas cerebrales más alejadas de ese derrame no reciben sangre y también se dañan.
La presión arterial alta, traumatismo, malformaciones vasculares, uso de medicamentos anticoagulantes y otras afecciones pueden producir una hemorragia intracerebral.
Hemorragia subaracnoidea. Durante una hemorragia subaracnoidea, se rompe una arteria ubicada sobre la superficie del cerebro o cerca de esta, y se derrama sangre en el espacio entre la superficie del cerebro y el cráneo. Este sangrado va generalmente acompañado por un síntoma de dolor de cabeza intenso y repentino.
La hemorragia subaracnoidea se produce generalmente a causa de una rotura de un pequeño aneurisma con forma de saco o baya. Después de la hemorragia, los vasos sanguíneos del cerebro pueden dilatarse y estrecharse de forma imprevisible (vasoespasmo), lo cual hace que las células cerebrales se vean dañadas por limitar aún más el flujo sanguíneo.
Accidente isquémico transitorio
Un accidente isquémico transitorio, a veces conocido como «mini accidente cerebrovascular», es un período temporal de síntomas similares a aquellos que están presentes en un accidente cerebrovascular. Una disminución temporal del suministro de sangre a una parte del cerebro causa accidentes isquémicos transitorios, que pueden durar tan solo unos cinco minutos.
Al igual que un accidente cerebrovascular isquémico, el accidente isquémico transitorio ocurre cuando un coágulo o partículas bloquean el flujo sanguíneo hacia una parte del sistema nervioso, pero no se produce daño permanente en los tejidos ni se manifiestan síntomas duraderos.
Busca atención médica de emergencia aunque los síntomas aparentemente desaparezcan. Si has tenido un accidente isquémico transitorio, presentas un mayor riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular total, que provocará un daño permanente más adelante. Si has tenido un accidente isquémico transitorio, significa que es probable que tengas una arteria que se dirige al cerebro parcialmente obstruida o estrecha o una fuente de coágulos en el corazón.
No es posible determinar si sufres un accidente cerebrovascular o un accidente isquémico transitorio únicamente basándose en los síntomas. Incluso cuando los síntomas duran menos de una hora, existe riesgo de daño permanente en los tejidos.
Factores de riesgo
Muchos factores pueden aumentar el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular. Algunos factores también pueden aumentar las probabilidades de padecer un ataque cardíaco. Los factores de riesgo del accidente cerebrovascular que pueden tratarse son:
Factores de riesgo relacionados con el estilo de vida
Sobrepeso u obesidad
Inactividad física
Episodios de consumo muy elevado de alcohol
Consumo de drogas ilegales, como cocaína y metanfetaminas
Factores de riesgo médicos
Los valores de la presión arterial son mayores de 120/80 milímetros de mercurio (mmHg)
Tabaquismo o exposición al humo de segunda mano
Nivel de colesterol alto
Diabetes
Apnea obstructiva del sueño
Enfermedades cardiovasculares, como insuficiencia cardíaca, defectos cardíacos, infección cardíaca o ritmo cardíaco anormal
Antecedentes personales o familiares de accidente cerebrovascular, ataque cardíaco o accidente isquémico transitorio.
Otros factores asociados a un riesgo más elevado de accidente cerebrovascular son:
Edad: las personas de 55 años o más tienen un riesgo de accidente cerebrovascular mayor que las personas más jóvenes.
Raza: los afroamericanos tienen mayor riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular que las personas de otras razas.
Sexo: los hombres tienen mayor riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular que las mujeres. Por lo general, las mujeres sufren un accidente cerebrovascular a mayor edad, y tienen menos probabilidades de sobrevivir a un accidente cerebrovascular que los hombres.
Hormonas: el uso de píldoras anticonceptivas o terapias hormonales que contienen estrógeno, así como el aumento de los niveles de estrógeno a causa del embarazo y del parto.
Complicaciones
Un accidente cerebrovascular puede, en ocasiones, producir discapacidades temporales o permanentes, dependiendo de la cantidad de tiempo que el cerebro no reciba flujo sanguíneo y de qué parte se haya visto afectada. Las complicaciones pueden ser las siguientes:
Parálisis o pérdida del movimiento muscular. Es posible que ocurra parálisis de un lado del cuerpo o que se pierda el control de ciertos músculos, como los de un lado de la cara o de un brazo. La fisioterapia puede ayudar a retomar las actividades, como caminar, comer o vestirse, que afecta la parálisis.
Dificultad para hablar o tragar. Un accidente cerebrovascular podría afectar el control de los músculos de la boca y de la garganta, lo cual puede hacer difícil que hables con claridad (disartria), que tragues (disfagia) o que comas. Es posible que también tengas dificultad con el lenguaje (afasia), como para hablar o para comprender lo que alguien dice, lee o escribe. Podría ser útil la terapia con un patólogo del lenguaje y del habla.
Pérdida de memoria o dificultades de razonamiento. Muchas personas que han tenido accidentes cerebrovasculares presentan pérdida de memoria. Otras tienen dificultades para pensar, hacer valoraciones, razonar y comprender conceptos.
Problemas emocionales. Las personas que han tenido accidentes cerebrovasculares pueden tener dificultad para controlar sus emociones, o bien pueden manifestar depresión.
Dolor. Puedes tener dolor, entumecimiento u otras sensaciones extrañas en las partes del cuerpo que se vieron afectadas por el accidente cerebrovascular. Por ejemplo, si un accidente cerebrovascular hace que se pierda la sensibilidad en el brazo izquierdo, es posible que el paciente empiece a sentir una sensación de hormigueo incómoda en ese brazo.
Las personas también pueden ser sensibles a cambios de temperatura, especialmente al frío extremo, después de un accidente cerebrovascular. Se sabe que esta complicación es un dolor central o síndrome de dolor central causado por el accidente cerebrovascular. Esta afección generalmente se manifiesta varias semanas después de un accidente cerebrovascular y puede mejorar con el paso del tiempo. Sin embargo, debido a que el dolor está causado por un problema en el cerebro, en lugar de una lesión física, existen pocos tratamientos.
Cambios de comportamiento y capacidad de cuidado personal. Es posible que las personas que han tenido accidentes cerebrovasculares se vuelvan más introvertidas y antisociales o más impulsivas. Puede que necesiten ayuda para el aseo personal y las tareas cotidianas.
Al igual que con cualquier lesión cerebral, el éxito del tratamiento contra estas complicaciones varía de una persona a otra.
Prevención
Informarte sobre los factores de riesgo para accidentes cerebrovasculares, seguir las recomendaciones del médico y adoptar un estilo de vida saludable son las mejores medidas que puedes tomar para prevenirlos. Si has tenido un accidente cerebrovascular o un accidente isquémico transitorio, estas medidas podrían ayudarte a prevenir otro accidente cerebrovascular. La atención de seguimiento que recibes en el hospital y después también puede cumplir una función.
Muchas estrategias de prevención de accidentes cerebrovasculares son las mismas que las de prevención de enfermedades cardíacas. En general, las recomendaciones para un estilo de vida saludable son las siguientes:
Controlar la presión arterial alta (hipertensión). Esta es una de las cosas más importantes que puedes hacer para reducir el riesgo de tener un accidente cerebrovascular. Si has tenido un accidente cerebrovascular, reducir la presión arterial puede ayudarte a prevenir un accidente isquémico transitorio o un accidente cerebrovascular posterior.
Hacer ejercicio, controlar el estrés, mantener un peso saludable y limitar la cantidad de sodio y alcohol que consumes son todas maneras de mantener la presión arterial alta bajo control. Además de recomendar cambios en el estilo de vida, el médico puede recetar medicamentos para tratar la presión arterial alta.
Reducir la cantidad de colesterol y grasas saturadas de tu dieta. Consumir menos colesterol y grasa, especialmente grasas saturadas y grasas trans, puede ayudar a reducir la placa en las arterias. Si no puedes controlar el colesterol solo por medio de cambios en la dieta, el médico puede recetarte una medicación para reducir el colesterol.
Dejar de fumar tabaco. Fumar eleva el riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares para fumadores y fumadores pasivos. Dejar de fumar tabaco reduce el riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares.
Controlar la diabetes. Puedes controlar la diabetes con dieta, ejercicio, control de peso y medicamentos.
Mantener un peso saludable. Tener obesidad se suma a otros factores de riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares, como presión arterial alta, enfermedades cardiovasculares y diabetes. Adelgazar al menos 10 libras (4,5 kg) puede reducir la presión arterial y mejorar los niveles de colesterol.
Llevar una dieta rica en frutas y vegetales. Una dieta con cinco o más porciones diarias de frutas o vegetales puede reducir el riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares. Puede ser útil seguir la dieta mediterránea, que pone énfasis en el aceite de oliva, las frutas, los frutos secos, los vegetales y los cereales integrales.
Hacer ejercicio en forma regular. Los ejercicios aeróbicos o cardiovasculares reducen el riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares de muchas maneras. El ejercicio puede reducir la presión arterial, aumentar el nivel de colesterol de lipoproteínas de alta densidad, y mejorar la salud general de los vasos sanguíneos y el corazón. También ayuda a adelgazar, controlar la diabetes y reducir el estrés. Haz gradualmente hasta 30 minutos de actividad (como caminar, trotar, nadar o andar en bicicleta) la mayoría de los días de la semana (si es que no puedes todos).
Beber alcohol con moderación, o no hacerlo. El alcohol puede ser tanto un factor de riesgo como una medida de protección para los accidentes cerebrovasculares. El consumo excesivo de alcohol aumenta el riesgo de tener presión arterial alta, accidentes cerebrovasculares isquémicos y accidentes cerebrovasculares hemorrágicos. Sin embargo, beber una cantidad entre pequeña y moderada de alcohol, como una bebida por día, puede ayudar a prevenir accidentes cerebrovasculares isquémicos y disminuir la tendencia a la coagulación de la sangre. El alcohol también puede interactuar con otros medicamentos que tomes. Habla con el médico sobre lo que es adecuado para ti.
Tratar la apnea obstructiva del sueño. El médico podrá recomendar una evaluación nocturna de oxígeno para verificar si tienes apnea obstructiva del sueño (trastorno del sueño en el cual el nivel de oxígeno disminuye de forma intermitente durante la noche). El tratamiento para la apnea obstructiva del sueño comprende recibir oxígeno durante la noche o usar un dispositivo pequeño en la boca que te ayuda a respirar.
Evitar las drogas ilegales. Algunas drogas, como la cocaína y las metanfetaminas, son factores de riesgo establecidos para un accidente isquémico transitorio o un accidente cerebrovascular. La cocaína reduce el flujo sanguíneo y puede estrechar las arterias.
Medicamentos preventivos
Si has tenido un accidente cerebrovascular isquémico o un accidente isquémico transitorio, el médico puede recomendarte medicamentos para reducir el riesgo de tener otro. Algunos de estos pueden ser:
Medicamentos antiagregantes plaquetarios. Las plaquetas son células de la sangre que forman coágulos. Los medicamentos antiagregantes plaquetarios hacen que estas células sean menos adherentes y que haya menos probabilidades de que se coagulen. El medicamento antiagregante plaquetario que más se utiliza es la aspirina. El médico puede ayudarte a determinar la dosis adecuada de aspirina.
También podría considerar recetarte Aggrenox, una combinación de una dosis baja de aspirina y del medicamento antiagregante plaquetario dipiridamol, para reducir el riesgo de formación de coágulos sanguíneos. Si la aspirina no previene los accidentes isquémicos transitorios ni los accidentes cerebrovasculares, o si no puedes tomar aspirina, el médico podrá recetar en su lugar un medicamento antiagregante plaquetario, como clopidogrel (Plavix).
Anticoagulantes. Estos medicamentos, que comprenden la heparina y la warfarina (Coumadin, Jantoven), reducen la coagulación de la sangre. La heparina actúa con rapidez y se puede utilizar durante un breve período en el hospital. La warfarina actúa más lentamente y se puede utilizar durante un período más prolongado.
La warfarina es un poderoso medicamento anticoagulante, por lo que necesitarás tomarlo exactamente según lo indicado y prestar atención a los efectos secundarios. El médico puede recetarte estos medicamentos si tienes algunos trastornos de coagulación de la sangre, ciertas anomalías arteriales, un ritmo cardíaco anormal u otros problemas cardíacos. Se podrán utilizar otros anticoagulantes más nuevos si el accidente isquémico transitorio o el accidente cerebrovascular fue consecuencia de un ritmo cardíaco anormal.