Catarata
La catarata se define como una opacidad en el cristalino y es una importante causa de pérdida visual. El cristalino es una estructura transparente en forma de lente biconvexa situada por detrás del iris y tiene la función de refractar la luz y proporcionar acomodación, lo que nos permite enfocar objetos en diferentes distancias (lejos-cerca). El cristalino empieza a deteriorarse a los 40-45 años perdiendo su capacidad de acomodación (lo que se conoce como presbicia o vista cansada), afectando a prácticamente la totalidad de la población y requiriendo el uso de gafas para enfocar objetos cercanos.
Con el paso de los años el cristalino pierde su transparencia y se forma lo que conocemos como catarata. Pueden aparecer síntomas como sensación de visión de niebla, fotofobia, visión borrosa y deslumbramientos, especialmente nocturnos dificultando la conducción nocturna. No existe un tratamiento médico de la catarata. El único tratamiento consiste en la extracción quirúrgica de la catarata y el implante de una lente intraocular. Se trata de una cirugía muy simple e indolora, de escasos minutos de duración con una recuperación muy rápida de la función visual permitiendo además que los pacientes puedan tener una visión sin necesidad de gafas. Es muy importante extraer el cristalino antes de que se haya endurecido para evitar complicaciones quirúrgicas.
DEGENERACIÓN MACULAR ASOCIADA A LA EDAD (DMAE)
Es una causa frecuente de disminución severa e irreversible de visión en los pacientes de edad avanzada. La enfermedad causa lesiones en la porción central de la retina, la mácula que es la responsable de la visión central necesaria para la lectura o la conducción. Existen 2 tipos de degeneración macular:
La degeneración macular de tipo atrofica o seca es la forma más frecuente (85%) y se caracteriza por una pérdida visual lentamente progresiva.
La degeneración macular exudativa o húmeda que se caracteriza por presentar nuevas formaciones de vasos debajo de la mácula, su evolución es rápida y severa.
Los síntomas pueden ser imperceptibles en su inicio (sobretodo en la forma seca). En cambio en la forma húmeda los pacientes pueden tener síntomas mas acusados como una pérdida de visión central brusca con alteración de la forma de las imágenes (las lineas rectas se ven deformadas).
No existe un tratamiento eficaz para la forma seca aunque hay cierta evidencia de que suplementos nutricionales pueden enlentecer su progresión. Para el tipo exudativo existe un tratamiento con fármacos antiangiogenicos que se inyectan dentro del ojo pudiendo parar la progresión y estabilizar la visión en algunos casos.
Glaucoma
El glaucoma es una enfermedad del nervio óptico irreversible que se produce por una elevación de la presión intraocular. La incidencia de glaucoma aumenta con la edad por lo que es un factor de riesgo de padecer la enfermedad así como también lo son la miopía elevada y la presencia de antecedentes familiares de glaucoma. La presión intraocular elevada viene determinada por un desequilibrio entre la producción de humor aquoso (responsable del tono ocular) y su drenaje.
Existen diversos tipos de glaucoma, el más común es el glaucoma crónico de ángulo abierto. El glaucoma produce una pérdida de campo visual, típicamente se afecta primero el campo periférico y va progresando produciendo una constricción del campo visual hasta afectarse la parte central. Hay que tener en cuenta que la afectación es irreversible y que la mayor parte de los pacientes no son conscientes de padecer la enfermedad por lo que la prevención es de vital importancia. El tratamiento intenta parar/enlentecer la progresión del glaucoma y se basa en fármacos (colirios) para bajar la presión intraocular, láseres o cirugía en casos que no responde a otros tratamientos.
Retinopatía diabética
La diabetes de tipo 2 se manifiesta también en la edad adulta avanzada. El cuerpo fabrica insulina pero no la utiliza adecuadamente para metabolizar los azúcares. Es frecuente en personas con exceso de peso, antecedentes familiares o que hacen poco ejercicio físico. Esta patología comporta riesgos visuales ya que puede afectar a la retina. Una detección y tratamiento precoz es crucial para estabilizar la pérdida de visión.
Ptosis parpebral
En la tercera edad, la musculatura va perdiendo tonificación y, en ocasiones, ello comporta un descolgamiento de los párpados que puede llegar a afectar a la visión. El tratamiento es quirúrgico.
Sequedad ocular
Con la edad es frecuente que las mucosas se resequen. Así ocurre con la vía lagrimal. Ello comporta problemas de sequedad ocular que pueden resultar muy molestos y ocasionar complicaciones como la blefaritis, al obstruirse las glándulas de Meibomio de las pestañas, ocasionando inflamación y secreción grasa que puede infectarse. El tratamiento requiere una higiene palpebral diaria y específica en función de la afectación.
Recomendaciones para el cuidado de los ojos en la tercera edad
Hidratar diariamente los ojos mediante lágrimas artificiales indicadas por el oftalmólogo
Lavar diariamente los párpados según indicaciones proporcionadas por el oftalmólogo en cada caso
Controlar regularmente de los niveles de azúcar y colesterol en sangre
Practicar gimnasia ocular enfocando de lejos y de cerca alternativamente
Evitar conducir después de la caída del sol, o realizar actividades que requieran concentración visual en condiciones de escasa iluminación, cuando el cristalino empieza a opacificarse y se pierde sensibilidad al contraste
Acudir, como mínimo una vez al año, al oftalmólogo para revisar la visión (especialmente el fondo de ojo, la presión intraocular y el cristalino)