Con el paso del tiempo, la piel va perdiendo grasa y al mismo tiempo, se vuelve cada vez más fina. La piel se seca y se vuelve áspera al tacto y puede causar picazón y ser susceptible a heridas e infecciones. Es por lo tanto, conveniente hidratar a las personas mayores para contrarrestar su propensión a la sequedad de la piel.
Es necesario un especial cuidado de la piel de una persona mayor, sobre todo con una adecuada hidratación con cremas y con una alimentación equilibrada. Además, una falta de higiene corporal, el contacto prolongado con ropas húmedas o la sequedad externa de la piel, pueden dar lugar a la irritación de la piel.
Las personas mayores necesitan cuidar su piel, manteniéndola limpia. Es importante saber que las personas a esta edad son más propensas a la piel seca, especialmente aquellos que viven en zonas cálidas. El envejecimiento de la piel no solo depende de la correcta hidratación y del cuidado de la piel que haya tenido la persona a lo largo de su vida. También de otros factores, como si ha tomado mucho sol durante toda su vida, bebió suficiente agua, si fumó, o si tiene algún tipo de problema de salud como la diabetes o enfermedades renales.
Por otro lado, debe conocerse que, lavando frecuentemente la piel, ya sea por exceso de jabón, o de agua, no significa que estemos cuidando convenientemente la piel. Al enjabonar y aclarar no solo aseamos, también provocamos una disminución de los aceites naturales que posee la propia piel, y por lo tanto se condiciona su humectación natural. Razón por la que los geriatras aconsejan el empleo de jabones neutros para pieles delicadas (por ejemplo utilizando jabones inodoros, de Ph neutro como los de avena). Los baños no deben ser prolongados, con agua tibia, evitando el agua caliente. El secado de la piel es importante, sobre todo a nivel de los pliegues cutáneos, para evitar las maceraciones y aparición de infecciones como la candidiasis.
La dermis bien humectada generalmente siente menos picazón. Se aconseja después de cada baño, aplicar lociones o cremas hidratantes para favorecer la suavidad y la humectación. Si la piel comienza a enrojecerse y no desaparece, debemos tratar de evitar que la persona mayor se rasque. En vez de eso, debe usarse una toalla suave para aliviar la picazón de la piel y así conseguir que se agrave la comezón. Los hidrataremos con crema hidratante y, si hay durezas, aplicaremos vaselina.
Lo esencial es evitar que aparezcan lesiones como úlceras, cuya curación es lenta, y en algunos casos crónicos, sobre todo cuando existen problemas circulatorios, desnutrición y falta de movilidad. Recordemos que este tipo de lesiones aparecen como resultado de una presión prolongada sobre una zona de piel vulnerable.
Otra forma de mantener la piel sana es con la nutrición adecuada. Quienes atienden a personas mayores deben asegurarse de que sigan una dieta equilibrada.